martes, 26 de agosto de 2008

NO EXCUSAS

NO EXCUSAS

En Isaías 54:1-3 la Palabra del Señor dice así: “Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción, y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová. Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; No seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones y habitarán las ciudades asoladas”.

f. Motivo o pretexto que se invoca para eludir una obligación o disculpar una omisión.

Definitivamente la excusa  del hombre está en el corazón y no en las circustancias externas que nos rodean. Cuando nuestro corazón esta entonado con Dios, la Fe, La Victoria y la Gloria nos tocan en lo profundo de nuestro ser.
“Mi presencia irá contigo...” (Éxodo 33:14).

 

No hay quien ame la venida del Señor que no trabaje para verla, pues el Señor dijo que el fin sería hasta que este evangelio sea predicado a todas las naciones. Por eso el apóstol Pablo decía: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a t odos los que aman su venida.” (2 Timoteo 4:7-8)

 

Graba esto en tu corazón: a ti nadie te ha dado el derecho de que un día se te entierre sin haber dado todo lo que tenías que dar. No tienes el derecho de enterrar el potencial que Dios te dio, sin haberlo explotado.



Dios tiene desafíos grandes para nosotros, y el tuyo será tan grande como tú creas. El día que Dios te llame solamente a cosas sencillas y fáciles, es porque dejó de confiar en ti. No te preocupes si hay más trabajo o los retos que Dios te pone son más grandes de lo que esperabas; siéntete honrado que no busque a nadie más y te haya escogido a ti.

Dios nunca hace los sueños realidad de alguien que no trabaje para verlos cumplidos.¿Por qué tanta queja del trabajo en el servicio a Dios y el horario? No busque tanto una comodidad; no sea que el desafío se vaya también con ella. No hay edad para dejar de tener desafíos.

Tu cuerpo se puede desgastar, pero Pablo dijo que mientras nuestro hombre exterior se desgasta, el interior se fortalece. “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.” (2 Corintios 4:16)

Habacuc 3:17 al 19
"Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos; aunque mienta la obra de la oliva, y los labrados no me den ni para mantenerme. Aunque las ovejas sean quitadas de la majada y no haya vacas en los corrales; con todo eso yo me alegraré en el Señor y me gozaré en el Dios de mi salvación. El Señor es mi fortaleza... y me hará andar sobre alturas"
Juan 14:12
"De cierto, de cierto os digo que el que cree en mí, él también hará las obras que yo hago. Y mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre.
Juan 15:16
"Vosotros no me elegisteis a mí, mas bien, yo os elegí a vosotros para que llevéis fruto, y para que vuestro fruto permanezca.

No es fácil ser optimista en un mundo de personas derrotistas, que todo lo aprecian con el cristal del pesimismo... Pero definitivamente los optimistas, aquellos que tienen fe, son los llamados a vencer. Representan esa generación que se levanta en victoria en una sociedad donde la derrota, la amargura y el sinsentido de la existencia es lo que prevalecen.

Un incidente muy conocido... En la antigüedad doce espías tuvieron una misión importante.Ir a reconocer el territorio del cual tomarían posesión. Iban con expectativas. Pero una vez llegaron al lugar, la visión y entusiasmo inicial, cambiaron. Y regresaron donde Moisés, quien les había enviado. El informe de cada uno de ellos era particular y evidenciaba cómo veían las cosas. Diez de ellos dijeron: "No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros.

Ya hablaron mal entre los hijos de Israel de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gentiles, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos" (Números 13:31-33).

Una visión pobre de la vida.

Una autoestima baja.

Una concepción derrotista. Tres actitudes que representaban la mayoría de las opiniones. Eran diez de doce espías diciendo que era imposible. Viendo los problemas y no las soluciones. Dimensionando las dificultades y no sus capacidades para superarlas. Además olvidaban que tenían de su parte al Dios del universo, y ese sólo hecho les convertía en ganadores... Ahora, no todo podía ser derrota.

Dos de ellos tenían una forma diferente de apreciar las cosas. "Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: "Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos" (versículo 30). Vencer depende en gran medida de nuestra actitud frente a la vida y por supuesto, frente a los problemas. Allí estriba la diferencia entre los ganadores y los perdedores...

El optimismo se contagia... Si pudiésemos contagiar más personas con la fe, con la esperanza de que con la ayuda de Dios las cosas serán diferentes y que, así nos corresponda arar en el desierto cosecharemos mejores productos que nuestros amigos y conocidos, el mundo sería diferente. Habría menos fracasados. El número de frustrados sería menor. Las caras de desánimo no abundarían. Los rostros alegres serían mucho más comunes de lo que vemos hoy día...

¿Cómo cambiar nuestra actitud frente a la vida? Primero, pidiendo a Dios que transforme nuestra existencia y nuestra forma de apreciar las cosas. Que nos libere de la predisposición para el fracaso y esa visión que tenemos de creer que no podemos hacer las cosas. Que somos incapaces... El paso que debe dar, de entrada, le invito para que lo de ahora mismo. 'Todo lo que es necesario para el triunfo del mal, es que los hombres de bien no hagan nada'.

 

Invite a Jesucristo a su corazón. Dígale: "Señor Jesucristo, reconozco que mi vida necesita un cambio.  HaZ   de mi la persona que tú quieres que sea. Ayúdame a crecer espiritual y materialmente, y dejar de lado toda inclinación al fracaso". Amén. Ahora, yo espero que esta oración la haga como la sienta en su corazón, con sus propias palabras. 

MOTIVACION

Donde hallar la Motivación
Muchas veces oímos la frase: “No estoy Motivado” o “Aquí no hay nada que me motive”, entre otras muchas, las usamos para justificar nuestra apatía y nuestro desinterés en hacer o participar de diferentes cosas. En ocasiones pensamos que el responsable de no tener una actitud apropiada, es mi pastor, mis amigos, tal vez mis padres, o mi líder; incluso se nos hace fácil pensar “como mi líder no es el fuego que me motiva, yo no me prendo”. Y la realidad es que el concepto de motivación nos expone con claridad, que la misma, es un acto electivo que pertenece a cada individuo. Su concepto: es un conjunto de motivos que intervienen en un acto electivo. Y sus sinónimos son: causar, engendrar, ocasionar, originar, promover.
Salomón es el reflejo de un hombre bien motivado, aunque, podemos llegar a creer que lo era por sus antecedentes, David, su padre: Le apoyó y bendijo públicamente1 (Reyes 1:22-34). Le dejó los recursos y el concejo que necesitaba para ganar (1 Reyes 2:1-3). Lo preparó para victorias tempranas (1 Reyes 5: 1-8). Le entregó un reino unido y en paz.
Pero, David no fue un motivador para su hijo, fue un facilitador. David entregó recursos y organizó su entorno, para que él pudiera cumplir con sus responsabilidades. La motivación para hacer lo que tenía que hacer, debía hallarla él por sus propios medios. Y podemos ver, que lo logra al reconocer ante su Dios su necesidad de Él, para con sabiduría gobernar a su pueblo.
1 Reyes 3:6-10: “Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has reservado esta tu gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede en este día. Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir. Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud. Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto”.
La raíz de la motivación esta en nosotros.
Nosotros somos las antorchas y el Espíritu Santo es el fuego (Hechos 1:8). Y el responsable de avivar ese fuego, constantemente, somos cada uno de nosotros (2 Timoteo 1:6-7). Ese fuego ha sido derramado sobre ti, has sido inundado de el con el Bautismo en el Espíritu Santo (Hechos 2:4). Dios te lo ha dado. Tienes todas las capacidades y cualidades, eres la antorcha y Jesucristo a través del Espíritu Santo, es el Fuego que la enciende. Si tu bengala no se enciende, algo está fallando. No es tu líder, o tu pastor, o tus padres, eres tú que no has logrado creerle a Dios lo que dice de ti, permitiendo que lo que otros te digan sea más importante y real; dejando de usar ese fuego para encenderte en ánimo y buenas decisiones.
La mayor fuente de motivación que podremos hallar, es el Señor. Él es la causa de que todo haya sido creado (Juan 1:3). Él nos ha engendrado, por el somos nacidos de nuevo (Salmo 139:16; Juan 3:5). Él es el produce todo (Filipenses 2:13). Él que todo promueve (Salmo 78:70). Él que origina y ocasiona todas las cosas (1 Corintios 2:9).En tus manos tienes lo bueno y lo malo, la bendición y la maldición. No puedes culpar al que está a tu lado por tu falta de motivación, la misma esta en ti, por el poder del Espíritu Santo.